domingo, 11 de mayo de 2008

Si los besos cotizaran más que el oro...


Si la angustia no tuviera tantos meses,
si pudiera huir de esta ciudad,
si el milagro de los panes y los peces consiguiera darnos de cenar.
Si tuvieran corazón las autopistas,
si alguien me esperara en la estación,
si bajaran de la luna los artistas,
si acabara bien esta canción.
Si aprendiéramos a amar como animales,
si quedara tiempo que perder,
si bailaran rock and roll los generales,
si cantara el gallo rojo del amanecer.
Y los sentidos olvidaran la razón.
Si el huracán del porvenir arrasara las fronteras
rotas las banderas por la pasión,
si reinara en el dos mil la imaginación.
Si en los escombros de la revolución
creciera el árbol verde del placer,
y las catedrales se cansaran de ser
rruinas del fracaso de Dios.
Si volvieran los dragones a poblar las avenidas
de un planeta que se suicida.

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